Un día como hoy pero de 1810, se realiza en Buenos Aires el Cabildo Abierto. Conocidos los acontecimientos de la invasión francesa a España, en las provincias Unidad del Rio de la Plata comienza a discutirse la validez del mandato real al Virrey.

EL CABILDO, BASE LOCAL DE LA ORGANIZACIÓN POLÍTICA
La ciudad era el centro político, social y económico. Fue a la vez: fortaleza, mercado, centro cultural y religioso, sede del gobierno y núcleo desde donde partía la expansión militar, religiosa y económica.
El cabildo era el organismo político que tenía jurisdicción sobre los asuntos de la ciudad y de la región aledaña.

Al erigirse una ciudad, correspondía a su fundador designar los primeros integrantes del cabildo. Posteriormente, los miembros salientes procedían a elegir a sus sucesores. Duraban un año en sus funciones y su mandato finalizaba el 31 de diciembre de cada año.
En el inicio de las Guerras de Independencia Hispanoamericana los cabildos abiertos jugaron un papel decisivo, actuando como órganos de participación popular con capacidad para destituir a las autoridades y establecer gobiernos autónomos. Modernamente, algunos países hispanoamericanos denominan «cabildos abiertos» a las asambleas populares convocadas por los gobiernos municipales con el fin de tratar y decidir asuntos de importancia pública local.

CABILDO ABIERTO DEL 22 DE MAYO
En el Cabildo Abierto se debatió si el entonces Virrey del Río de la Plata, Baltasar Hidalgo de Cisneros, tenía o no desde el punto de vista jurídico político títulos suficientes para continuar ejerciendo el cargo en el contexto de la cautividad de Fernando VII, la disolución de la Junta Central de Sevilla, la conformación del Consejo de Regencia y la ocupación de prácticamente la totalidad de la península ibérica por las fuerzas de Napoleón Bonaparte.

Así tenemos que “El día 22 desde las nueve de la mañana concurren al Cabildo doscientos cincuenta y un invitados en lugar de los cuatrocientos invitados. En el acta de ese día no se transcriben los discursos pronunciados, pero las distintas versiones de testigos presenciales o recibidas por tradición oral, coinciden en que los oradores más destacados fueron el obispo Lué, para sostener la posición más extremada del grupo conservador; Castelli, quien expuso la tesis revolucionaria de que habiendo caducado todo gobierno legítimo en España lo mismo ocurría en América, y que por lo tanto el pueblo en el cual había retrovertido la soberanía tenía el derecho de nombrar a sus legítimos representantes; Villota, fiscal de la Audiencia, que por medio de una argumentación correcta (Buenos Aires no podía disponer por sí a nombre de las provincias del interior, porque la soberanía no residía solamente en la capital), intentó hacer triunfar la posición intermedia, y Juan José Paso, que sería quien iba a lograr destruir el efecto causado por la intervención de Villota y fundamentar la teoría sostenida por los más avanzados”.


Comentarios recientes