Reza el Martín Fierro… “Los hermanos sean unidos… sino los devoran los de afuera”. Esta sentencia de José Hernández, producto, tal vez, de una visión de hace casi dos siglos en esa patria naciente que se devoraba a si misma entre unitarios y federales, que todo arreglaba a sablazos en batallas olvidables y asesinatos propio de imbéciles. Sin embargo esa unidad, mínima necesaria, sigue ausente.

Como si los problemas heredados no fueran suficientes para desvelar al cristiano mejor preparado, nos toca asistir a problemas generados en situaciones prefabricadas por ignorancias, caprichos y veleidades.
Quizá, ni siquiera hace falta hacer nombres. En las charlas de sobremesa, o eventos municipales nos enteramos que en cada municipio, congreso provincial o nacional se “…cuecen habas”, a estar al viejo refrán de que en todos lados hay culos muy sucios.
Pero, si no nos equivocamos demasiado, la campaña de La Libertad Avanza estribó en conceptos de Libertad, Cambio, y sobre todo el empeño en terminar con la CASTA que tanto daño hace.

La teoría de la confrontación de Chantal Moufle y el argentino Ernesto Laclau, que sirvió tanto al kirchnerismo, ahora produce mucha desazón, porque espanta a los propios que esperan la condena de aquellos que representan intereses antipopulares. Sirvió para cobijar intrigas y negocios turbios, pero para construir la Argentina prometida necesitamos caminos. transitables, sin niebla y bien señalizados. Las peleas intestinas no aclaran oscurecen.

Si alguien cree que un minúsculo grupo de esclarecidos van a realizar la transformación que el ciudadano argentino espera, permítanme suponer que se equivoca. Generando enemigos a diario no podremos llegar al final del túnel y ver la luz… ni con las fuerzas del cielo.

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