Un día como hoy pero de 1874 – En Lobos, provincia de Buenos Aires, el sargento Víctor Chirino mata al gaucho Juan Moreira.

Se dice que era un gaucho tranquilo y pacífico y a la vez infatigable ganador de duelos y enemigo público de la policía, la vida de Juan Moreira está repleta de hechos que justifican su leyenda.
Con el correr de los años, el mito de Moreira se hizo cada vez más grande e inspiró a artistas de la talla de Jorge Luis Borges, quien relató la muerte de este gaucho en el cuento “La noche de los dones”, y Leonardo Favio, que llevó su vida al cine en 1973.

Nació en 1829, en el partido de San José de Flores, donde hoy se ubica el barrio porteño de Floresta. De niño se mudó con su familia al partido de La Matanza, donde vivió durante varios años.
Su casamiento con “la Vicenta” despertó la envidia del poderoso Don Francisco, Teniente Alcalde de la zona, que estaba enamorado de Vicenta y no soportó el casamiento. Algunos indican que este hecho marcó un punto de inflexión en la vida de Moreira.
Como suele suceder ante la presencia de tipos corruptos y viles Don Francisco aprovechó una situación de dinero que un comerciante mantenía con Moreira para condenar a este injustamente y enviarlo a prisión.

Moreira le dijo a Sardetti ( el comerciante en cuestión) que le iba a propiciar una puñalada por cada mil pesos que éste le debía, y cumplió con su palabra. Luego, Don Francisco y otros ayudantes intentaron detener al gaucho, y también cayeron abatidos.
De allí la leyenda de Moreira se agranda, hasta la molestia para los gobiernos de modo tal que el entonces gobernador de la provincia, Mariano Acosta, autorizó la operación de persecución y captura. En la pulpería “La Estrella”, Juan Moreira fue alcanzado por un grupo de policías y no logró escapar. Cuando estaba a metros de su caballo, el gaucho fue apuñalado por la espalda por el sargento Andrés Chirino, quien incrustó su bayoneta en el pulmón izquierdo del hombre.
Así, Moreira falleció a la edad aproximada de 45 años. Hoy, sus restos descansan en el cementerio de Lobos y su figura se mantiene presente en el imaginario popular argentino.

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