La Maratón de los Juegos Olímpicos de Londres 1948, donde triunfa con una espectacular llegada al Estadio de Wembley, en un tiempo de 2h. 34’ 51”, es su máximo triunfo.

El deporte fue para él, su vida. Falleció trágicamente, un domingo 2 de agosto de 1981, en un accidente automovilístico ocurrido en el kilómetro 187 de la ruta 5 en la localidad de Alberti, provincia de Buenos Aires, cuando regresaba a su hogar luego de un homenaje que le habían realizado en la localidad de Lincoln.

La Maratón de los Juegos Olímpicos de Londres 1948, donde triunfa con una espectacular llegada al Estadio de Wembley, en un tiempo de 2h. 34’ 51”, es su máximo triunfo. En esta misma prueba, otros dos argentinos se ubicaron entre los diez primeros en llegar a la meta. Eusebio Guiñez (con 42 años) consiguió el 5to. puesto con un tiempo de 2h. 36m. 6s y Armando Sensini el 9no con 2h. 39m. 30s., concretando la delegación argentina un hecho original e irrepetible hasta la fecha.

Print

En 1951 Delfo fue el abanderado de la delegación argentina y además el ganador de la Maratón (corrida sobre la avenida General Paz) en los Primeros Juegos Deportivos Panamericanos, disputados en Buenos Aires, venciendo a otro argentino, Reynaldo Gorno. Ese mismo año gana la media maratón sudamericana y en 1952 consigue el récord continental de esta prueba.

En los Juegos Olímpicos de Helsinki 1952, Tranquilo Capozzo y Eduardo Guerrero, en remo, obtuvieron la última medalla de oro olímpica para la Argentina y el atleta correntino (nacido en Yapeyú) Reynaldo Berto Gorno (detrás de Emil Zatopek, “la locomotora humana checa”) ganó la medalla de plata en la Maratón, donde el santafesino Delfo Cabrera, con 34 años, fue sexto con 2 horas 26 minutos, es decir 8 minutos menos de la marca con que había ganado 4 años atrás.

Posteriormente, Cabrera siguió compitiendo a nivel nacional e internacional acumulando en su carrera deportiva 210 carreras oficiales, 106 primeros puestos, 63 segundos y 22 terceros lugares.

En 1955 la “Revolución Libertadora”, con su ánimo revanchista se tomó el “desquite” con Cabrera, que había sido un prototipo del peronismo, lo echó del Cuerpo de Bomberos donde trabajaba, por el “delito” de haber adherido al “régimen depuesto”. Pero Cabrera, siguiendo el ejemplo de Epaminondas de Tebas, anécdota que siempre repetía Perón para relacionar el trabajo con la dignidad, fue el mejor, tiempo después, en su nuevo trabajo de pisapapeles en el Jardín Botánico.

Perón es muy simpático con los deportistas; nos ayuda y yo soy un producto típico de su apoyo al deporte”, comentaba años después, el brillante ganador de la Maratón de Londres, para la revista “Primera Plana” (1966).

En 1957, Delfo Cabrera concluyó su brillante actividad pedestre dedicándose a transmitir su experiencia y conocimientos (se había recibido ya de maestro de Educación Física en la Escuela Municipal de la Ciudad de Buenos Aires) en distintas escuelas y centros deportivos.

El 8 de diciembre de 1992 en un justo homenaje, se le pusó su nombre a la principal pista de atletismo del país, ubicada en el Centro Nacional de Alto Rendimiento Deportivo (CeNARD) de la ciudad de Buenos Aires.

Desde 1999, el Senado de la Nación por iniciativa del senador nacional chaqueño, Hugo Abel Sager, entrega anualmente el premio “Delfo Cabrera” a los deportistas argentinos destacados.