GUSTAVO CORDOBA

En este sentido Raúl Timerman  sostiene que desde enero, la aprobación del gobierno oscilaba entre el 50 y 52 por ciento. Sin embargo, señaló que «el 11 de septiembre la aprobación y desaprobación estaban equilibradas, pero una semana después, el 18 de septiembre, el 54 por ciento desaprobaba la gestión y el 44 por ciento la aprobaba, invirtiendo los números de las elecciones pasadas». Esta diferencia refleja un creciente descontento con el gobierno actual.

Otro analista, Zurban-Córdoba, expone una encuesta que revela que la gente ya no le cree a Javier Milei. En el informe se exhibe que una mayoría de argentinos considera que las frases dichas por el mandatario recientemente son mentiras.

Como decimos en “La Argentina del dislate”, no maten al mensajero.

Los exabruptos presidenciales parecen los tratamientos de aquel podólogo que ante una uña encarnada decide cortar la pierna para evitar males mayores.

Los organismos de defensa del consumidor, o de la audiencia, o de la mujer, etc., que significan un gran adelanto para el bienestar de la comunidad y un reconocimiento de los derechos humanos son atacados y “eliminados” por su mal funcionamiento, por consumir un presupuesto en salarios, y no cumplir con sus objetivos.

Tal el caso de la eliminación de la Defensoría del Público, un organismo que apunta a defender al todas las audiencias contra el avance de las fake news. Tal como lo presenta Soher El Sukaria actual responsable, el ente gasta 10 millones diarios en su funcionamiento y se limita a dar cursos de “convivencia de la información”. Así expuesto parece bien su eliminación. Pero en realidad se oculta que una de las misiones del organismo debe consistir en defender la aplicación de la ley 27275 de libre acceso a la información pública que Milei quiere limitar a toda costa.

La Libertad Avanza en las limitaciones de las libertades ciudadanas. Paradoja NO?

Coraje o estupidez?, la pregunta que en estos momentos muchos analistas se están haciendo luego de escuchar el discurso del presidente Milei en la Asamblea de la Organización de Naciones Unidas (ONU).

En su discurso dijo que el organismo internacional responde a planteos “socialistas” que niegan el imperio de la libertad. Por eso desde la Agenda 2030 se avanza sobre las libertades, se ataca la propiedad  privada y la vida humana.

En sus palabras la ONU es un “Leviatán de múltiples tentáculos” por imponer una agenda ideológica a los países miembros. Al tiempo que anuncia su “disociación” del Pacto de Futuro 2045.

Recordando que países como Rusia, China, Inglaterra, Irak, Venezuela, Israel, Líbano, El Salvador, entre los casi 200 países que la integran con sus amplias diferencias, la voz del primer mandatario argentino suena como extrapolada de la realidad universal. Aunque se debe reconocer el agotamiento del organismo destinado a evitar otra conflagración mundial y la paz entre los países miembros.

La política exterior argentina no debería quedar librada a la mesiánica idea de algún exponente sin la previa deliberación del conjunto de la sociedad. Desde hace más de cincuenta años voces argentinas alertan sobre los peligros de la “mundialización”, los desastres ecológicos y la necesidad de avanzar sobre una “Comunidad Organizada” sobre el respeto mutuo y la paz.

Ocupado por su imagen internacional el primer mandatario no dijo nada sobre  el reclamo argentina por Malvinas.

El Presidente solo planteó que la ONU no hace nada en temas de integridad territorial y no acompaña con su voto pero en ningún momento exigió que Reino Unido se siente a negociar con reclaman todas las resoluciones del organismo global.  

Por otra parte las políticas relativas al tema parecen transcurrir hacia una entrega paulatina. Esto se desprende del informe que fuentes diplomáticas remarcan que el punto más importante y conflictivo en lo  que respecta al reclamo es el que anuncia la reanudación del vuelo semanal de San Pablo a las Islas, que realizaba una escala mensual en Córdoba.

Para una fuente con mucha experiencia en la causa Malvinas, eso significa que «vuelven a la estrategia de ayudar a los isleños y bajar la presión sobre sus vuelos. Les facilitan la logística a los ingleses con un vuelo semanal para que estén bien provistos. Ningún tipo de presión para aislarlos de la región».

Tal vez, el economista que está orgulloso de serlo, poco sepa de geopolítica y crea que el mercado regulará los derechos argentinos sobre la Antártida.

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