Por cuatro días locos… estrofa de un tema cantado por Alberto Castillo expresando esa necesidad de no tomar todo tan seriamente porque el humano tiene una parte que necesita la diversión y la alegría.
Esto, aparentemente, viene desde los mismos orígenes de la humanidad que expresó con fiestas esas necesidades.
El carnaval es una festividad que habría comenzado mucho antes del surgimiento del cristianismo y fue una celebración señalada en muchos calendarios religiosos paganos.

Algunos opinan que el carnaval se originó hace unos 5000 años con los egipcios, otros señalan que fueron los griegos, ya que hubo festividades que ocurrieron alrededor de los ciclos de la naturaleza y el universo en ambas culturas.
Es una festividad ligada al solsticio de invierno y verano, y los equinoccios de primavera y otoño. Y la gente se mostró reacia a renunciar a estas celebraciones, incluso después de convertirse en cristianos.
La palabra carnaval viene de las palabras latinas carnis (carne) y levare (“dejar fuera”), porque justo después del carnaval llega la Cuaresma: 40 días de sacrificio que no se comerá carne antes de la Pascua.

LOS CARNAVALES DE ARGENTINA:
UNA FUSIÓN DE CULTURA INDÍGENA, ESPAÑOLA Y ESPÍRITU BRASILEÑO
Las culturas indígenas del norte se fusionaron con la influencia española, un sincretismo del que nacieron carnavales únicos como los que se celebran en Jujuy, Salta o La Rioja. Por el litoral, en los carnavales de Gualeguaychú y Corrientes, dominan las comparsas de influencia brasileña, que a su vez heredaron las costumbres africanas y europeas.
El carnaval fue introducido en Buenos Aires por lo españoles. Una celebración pagana pero de origen cristiano, vinculada a los días previos a «limpiar la carne», que desemboca en la prohibición religiosa de consumirla durante los cuarenta días que dura la cuaresma.

Según los períodos y sectores sociales tuvo diferentes expresiones. En tiempos de la Colonia, los sectores populares participaban en los bailes de máscaras que se realizaban en el teatro de La Ranchería, mientras que los sectores pudientes lo hacían en la Casa de Comedias.
Sarmiento, durante su presidencia, en 1869 promovió el primer corso oficial de la ciudad de Buenos Aires. Sarmiento participaba activamente de estos festejos junto a las murgas y comparsas, compuestas principalmente por afrodescendientes, que eran una de las mayores atracciones. También lo eran la elaboración de disfraces y máscaras que intentaban igualar, sin distinción, a todos los participantes.

En el siglo XIX tuvieron una relevancia y una magnitud comparables a los festejos de Río de Janeiro. La sucesión de juegos con agua, desfiles de comparsas y los bailes en los clubes demostraron el carácter multiétnico del carnaval porteño. Ya entrado el siglo XX, uno de los momentos de mayor esplendor de estas celebraciones se produjo en el marco del centenario de la Revolución de Mayo. En los festejos oficiales de carnaval en la Avenida de Mayo, desfilaron un gran número de personas disfrazadas, sociedades, coros, orquestas, carruajes y grupos gauchescos.

Comentarios recientes