
Mirar el cielo en una noche romántica puede ser el prólogo de una novela, pero cuando nos vamos de vacaciones solemos mirar el cielo aunque no sepamos mucho de las estrellas, las que tienen brillo fijo y aquellas otras que titilan llamando más la atención.
Los científicos enseñan que las estrellas son motores de energía cósmica que producen calor, luz, rayos ultravioleta, rayos X y otras formas de radiación. Están compuestas casi en su totalidad de gas y plasma, un estado de supercalentamiento de la materia compuesta de partículas subatómicas.

SERTIRSE PEQUEÑO
Nadie sabe cuántas estrellas existen, pero podrían alcanzar un número extraordinario. Nuestro universo podría albergar más de 100 000 millones de galaxias, y cada una de ellas podría tener más de 100 000 millones de estrellas. Tan sólo en una noche clara, desde la Tierra pueden observarse alrededor de 3000 estrellas a simple vista. Los humanos de diferentes culturas han dibujado el cielo mediante estas estrellas.

¿CUÁL ES LA APARIENCIA DE UNA ESTRELLA?
Algunas estrellas han sobresalido siempre del resto. Su brillo es un factor de cuanta energía despiden, lo cual se conoce como su luminosidad, y también la distancia a la que se encuentran de la Tierra. Las estrellas del cielo también pueden parecer de diferentes colores porque sus temperaturas no son iguales. Las estrellas calientes son blancas o azules, mientras que las más frías parecen tener tonos rojos o anaranjados.
Un par de prismáticos de tamaño 7×50 puede ser ideal para observar las estrellas. Si prefieres los telescopios, los refractores y los reflectores, que enfocan la luz estelar con espejos, son los más comunes.

EL TAMAÑO DE LAS ESTRELLAS
Las estrellas pueden tener muchos tamaños, que las clasifican en un rango desde estrellas enanas a supergigantes.
Las supergigantes pueden tener radios mil veces mayores que el Sol. Debido a su gran masa, consumen energía a un ritmo muy elevado, siendo muy luminosas; por ejemplo, Naos tiene una luminosidad de aproximadamente un millón de veces la del Sol. Sin embargo, tienen una vida breve porque agotan su combustible nuclear en unos pocos millones de años y explotan como supernovas al final de sus vidas.

Cuando explotan, las supernovas arrojan material al espacio a una velocidad entre 15.000 y 40.000 kilómetros por segundo. Estas explosiones producen gran parte del material del universo, incluyendo elementos como el hierro, que conforma nuestro planeta e incluso a nosotros mismos. Los elementos pesados sólo se producen en las supernovas, por lo que todos nosotros llevamos en nuestros cuerpos remanentes de estas explosiones.
Las supernovas añaden elementos a las nubes de polvo y gas del espacio, favoreciendo así la diversidad interestelar, y producen ondas de choque que condensan las nubes de gas y ayudan a la formación de nuevas estrellas. Sin embargo, las estrellas masivas, varias veces más grandes que nuestro Sol, pueden crear supernovas cuando su proceso de fusión del núcleo agota el combustible.

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