Durante la época del Virreynato, las formas de trabajo indígena eran: mita, encomienda y yanaconazgo. Para ellos la mita era el trabajo de los indios en las minas, encomienda era el trabajo en agricultura y ganadería y por último, yanaconazgo era el trabajo de los indios rebeldes. Por la mita, la encomienda y el yanaconazgo había violencia.

La encomienda representó la principal forma de obtener mano de obra: la Corona cedía a un español, el encomendero, el cobro del tributo de un determinado grupo de indígenas, a cambio de que los protegiera, les diera nuevos conocimientos y garantizara su conversión a la fe católica.

Estas obligaciones rara vez eran cumplidas.

En un principio, los encomenderos cobraban el tributo en trabajo, pero los malos tratos a que eran sometidos los indígenas, y la consiguiente disminución de la población, llevaron a los reyes de España a prohibir el servicio personal y a mantener sólo la obligación de pagar el tributo.

La palabra mita significa ‘vez’ y quienes estaban afectados a ella eran llamados “mitayos” o “veceros”. La mita era un tributo ocasional en trabajo para el bien público que se utilizaba activamente durante el Imperio Inca.

Cada comunidad estaba obligada no sólo a enviar a un grupo de trabajadores, sino también a proveerles de alimentos y transporte durante la duración de la mita.

Luego de la conquista española, en 1574, este sistema fue modificado para favorecer la explotación minera forzando a los indios adultos a concurrir a las minas del Potosí, a veces desde distancias tan grandes como mil kilómetros o más.

Los caciques de los pueblos eran los encargados de organizar todo lo referente a la mita; los mitayos viajaban con sus familias y recibían un salario, que siempre resultaba escaso frente a los gastos que debían afrontar, ya que pagaban hasta las velas que usaban dentro de la mina.

Era muy común que estos indígenas se endeudaran, situación que los mitayos enfrentaban alquilándose como trabajadores “libres”.

Especialmente duro era el trabajo en las minas, donde estaban expuestos a vapores tóxicos del mercurio utilizado para tratar la plata, sin contar los habituales derrumbes y otros accidentes.

Esta institución inca consistía en el sometimiento a servidumbre al servicio del emperador o Inca.

Por lo general, eran sometidos a esta condición los prisioneros de guerra, los rebeldes y quienes no podían ser identificados con alguna comunidad.