
A ocho meses vista (faltan cuatro para cumplir el año) los indicadores económicos no son auspiciosos. Aunque se pueda celebrar el haber terminado un ciclo económico-político que indudablemente no fue satisfactorio, el tobogán en que se transformado la Argentina en ese descenso permanente hace suponer, obliga hacerlo, que vamos a estar peor.

Los “rugidos del león” se adormecen en una selva que solo clama liberalismo en las ganancias y terminan socializando las pérdidas. El camino del infierno está pavimentado de buenas intenciones.
Tal vez debamos dar razón a aquellos liberales que hace tiempo vienen pregonando que para algunos sectores de clase media, el sushi excede su economía y tengan que conformarse con polenta, pero aquella Argentina de la movilidad social nos quedaría muy lejos.
No hay en el gobierno, lamentablemente, atisbos de encarar soluciones verdaderas para aquellas necesidades básicas que están más insatisfechas que al 10 de diciembre de 2023. Los escándalos palaciegos entre los que deberían dar esas soluciones realmente asustan a quienes buscan la estrella guía en el cielo tormentoso. Estamos mal y podemos estar peor.
Según el Observatorio de Deuda Social de la UCA, la pobreza llegó al 54,9% y la indigencia al 20,3% de la población en el primer trimestre, según estimaciones del Observatorio de la Deuda Social Argentina de la Universidad Católica Argentina (ODSA-UCA) en base a los microdatos de la Encuesta Permanente de Hogares (EPH) publicados por el Indec.
Paradojicamentee días antes de asumir Javier Milei publicamos en Prensa Regional bajo el título “SIEMPRE ES LA POBREZA” (clic) los siguiente: “Por su parte, a pocos días del cambio de gobierno, la UCA dio a conocer su informe anual, en el que observó que la Argentina tiene un 44,7% de pobreza y un 9,6% de indigencia. Es decir que en la actualidad, más de 20 millones de argentinos no cumplen con las necesidades básicas de salarios, salud, educación y alimentación.” Publicado por prensa regional | Dic 5, 2023 | EDITORIAL

A ello, debemos contemplar que en el conurbano bonaerense esos datos se agravan, lo que Agustín Salvia, director del Observatorio de Deuda Social (ODSA), resaltó, teniendo en cuenta la concentración de población, las tasas de pobreza e indigencia del Conurbano Bonaerense, que son del 62% y 25%, respectivamente.
No resulta exagerado extrapolar que los efectos colaterales de esta situación se trasladan a la administración de salud pública (hospitales colapsados), aumento del índice de criminalidad por factores sociales, psicológicos y el avance narco, aumento de los índices de discapacidad mental por insuficiencia alimentaria, sobre todo en los primeros años de vida, descenso de la calidad de vida lograda en los años 50 del siglo XX. Los datos indican que desde 1960 Argentina perdió la ubicación económica que la ponía como potencia latinoamericana por encima de toda la región.

Esta situación de pobreza agudiza la capacidad de enseñanza escolar pudiendo preverse que los índices de los próximos años serán peores que los actuales. Jóvenes sin capacidad de comprensión de textos, ni análisis matemáticos muestran un futuro de “imbéciles” que hasta pueden llegar a ser legisladores y presidentes.
En este esquema decadente los chamanes (que aparecen como hongos) tienen éxito en las app de apuestas mágicas con promesas de solución a problemas materiales y los sistemas ponzi (estafadores de bitcoins) proliferan.

Tal vez debamos dar razón a aquellos liberales que hace tiempo vienen pregonando que para algunos sectores de clase media, el sushi excede su economía y tengan que conformarse con polenta, pero aquella Argentina de la movilidad social nos quedaría muy lejos.
(*) DR. MARIO OSCAR BUONO . Abogado. / Director Propietario de Prensa Regional / Integró el cuerpo de abogados de Presidencia de La Nación (COMFER-AFSCA-ENACOM) (1989-2019) / Vice Presidente Foro Municipal de Seguridad Ciudadana de Esteban Echeverría (2005-2007) / Presidente ONG S.A.M.E.E. (2003-2007) / Coordinador DDHH Municipio Esteban Echeverria (2006-2007) / Presidente ASOCIACION CIVIL “LIBERTAD DEL CONOCIMIENTO” (ef).

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