
El fonógrafo fue el primer aparato común para grabar y reproducir sonido desde la década de 1870 hasta la década de 1880.
El fonógrafo fue inventado por Thomas Alva Edison. En sus formas posteriores, también se llama gramófono (como una marca registrada desde 1887, como un nombre genérico en el Reino Unido desde 1910).

Las formas de onda de vibración del sonido se registran como las desviaciones físicas correspondientes de una ranura en espiral grabada o impresa en la superficie de un cilindro o disco giratorio, denominado «registro».

Para recrear el sonido, la superficie se gira de manera similar, mientras que un lápiz de reproducción rastrea la ranura y, por lo tanto, vibra, reproduciendo muy débilmente el sonido grabado.

En los primeros fonógrafos acústicos, el lápiz vibraba un diafragma que producía ondas de sonido que se acoplaban al aire libre a través de un cuerno que se quemaba, o directamente a los oídos del oyente a través de auriculares de tipo. Mientras que otros inventores producían dispositivos que pudieran grabar, el fonógrafo de Edison fue el primero en reproducir el sonido grabado. Su fonógrafo grabó originalmente el sonido en una hoja de papel de aluminio envuelta alrededor de un cilindro giratorio. Un lápiz táctil que responde a las vibraciones del sonido produce un surco hacia arriba y hacia abajo en la lámina.
El laboratorio de Alexander Graham Bell realizó varias mejoras en la década de 1880 e introdujo el grafofón, incluido el uso de cilindros de cartón revestidos de cera y un lápiz de corte que se movía de un lado a otro en un surco en zigzag alrededor del registro.

FONOAUTÓGRAFO
La primera invención conocida de un dispositivo capaz de grabar una vibración sonora, conocido como «fonoautógrafo», fue inventado por el francés Édouard-Léon Scott de Martinville y patentado el 25 de marzo de 1857. Podía transcribir una vibración sonora a un medio visible, pero no tenía un modo de ser reproducido después. El aparato consistía en un cuerno o un barril que recogía las ondas hacia una membrana a la que estaba atada una cuerda. Cuando llegaba la onda, ésta vibraba y se movía y la vibración sonora podía grabarse en un medio visible. Inicialmente, el fonoautógrafo grababa en un cristal ahumado. Una versión posterior usaba un papel también ahumado enrollado en un tambor o cilindro. Otra versión dibujaba una línea representando la vibración sonora en un rollo de papel. El fonoautógrafo era considerado como una curiosidad de laboratorio para el estudio de la acústica.

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