Dr. Mario BUONO (*)

CUIDAR EL PLANETA ES CUIDARNOS (**)

    

En el día mundial del medio ambiente tomamos a Thomas Lovejoy (Clic para ver) en una publicación de National Geographic para que nos guie en la presente exposición.

En los últimos años, todos hemos sentido pánico al enterarnos de que el Ébola, el SARS y el MERS se expandía en poblaciones humanas en África, Asia y Medio Oriente, sufrimos el Covid 19 como pandemia.

Por eso invitamos a reflexionar sobre el medio ambiente y como su cuidado ayudaría a proteger a la humanidad de los peligros que significan despertar males por imprudente manipulación de la naturaleza.

Los científicos y expertos nos indican que a excepción de la poliomielitis, que se transmite solamente entre humanos, la mayoría de esos agentes patógenos formaban parte de ciclos naturales que implicaban exclusivamente al reino animal. Pero debido a ciertas alteraciones que el hombre ha producido en la naturaleza, los virus se expandieron entre los humanos. Y de eso debemos aprender.

Si la humanidad no pone un freno a la destrucción de la naturaleza, no debería sorprendernos que continúen apareciendo nuevas enfermedades (incluso con potencial pandémico).

Juan Manuel Blanes, Un episodio de la fiebre amarilla en Buenos Aires (1871). Óleo sobre tela, 230 x 180 cm. Museo Nacional de Artes Visuales​

Lovejoy nos dice que la fiebre amarilla constituye un clásico ejemplo. La fiebre amarilla se desarrolló hace mucho tiempo en las áreas forestales de África, y en el siglo XVII, los barcos de esclavos la trajeron a América. Al igual que sucedió en África, se desató un ciclo urbano en áreas densamente pobladas, en las cuales la enfermedad comenzó a transmitirse entre los humanos a través de un mosquito (Aedes aegypti) que se ha adaptado a vivir entre nosotros. Es probable que el mosquito haya llegado también con los barcos de esclavos que venían de África.

“El problema no es solo la fiebre amarilla: la deforestación en la Amazonía también origina sitios de reproducción para los huéspedes y los vectores de enfermedades como la malaria y la esquistosomiasis.”

Thomas Lovejoy en la selva amazónica de Brasil en 1989.

La curiosidad del hombre de ciencia permitió descubrir lo que hoy conocemos como vacuna que permite al ser humano dotarse de inmunidad a las enfermedades que podrían matarlo.

Nos dice el autor que nos guía “Para algunas personas, la pandemia puede interpretarse como la defensa de la naturaleza frente a todo lo que se ha hecho y se sigue haciendo. Pero, en definitiva, la causa es el comportamiento humano y la falta de respeto hacia la naturaleza. Además, a medida que hacemos frente a la pandemia, el cambio climático avanza. Está originando fuertes cambios en todos los ecosistemas, y es probable que esté inclinando la balanza a favor de patógenos que todavía no conocemos.”

Lo que puede observarse es que frente a esta realidad los máximos países que degradan el medio ambiente discuten en los foros sobre el sexo de los ángeles. Los intereses económicos de las grandes corporaciones multinacionales se anteponen a la seguridad del planeta y la preservación de la vida humana. No obstante debe aplaudirse todos los intentos por generar conciencia del cuidado del medio ambiente.

(**) Nota publicada por prensa regional | Jun 5, 2023 | EDITORIAL