Un día como hoy pero de 1971 – Juan Domingo Perón recibe de los militares del proceso el cadáver de Eva Duarte de Perón.

El Dr. Pedro Ara y el cuerpo de Eva Perón

Nos relata Felipe Pigna en “El historiador” que: “En la noche del 22 de noviembre de 1955, el teniente coronel Carlos Eugenio Moori Koenig –su apellido significa “rey de la ciénaga”–, jefe del Servicio de Inteligencia del Ejército (SIE), y su lugarteniente el mayor Eduardo Antonio Arandía ordenaron a los capitanes Lupano, Alemán y Gotten que abandonaran sus puestos de guardia en la CGT sobre la puerta que separaba al cadáver de Eva Perón del mundo exterior. El coronel, el mayor y la patota que los acompañaba traían la orden emanada de las más altas autoridades de la llamada “Revolución Libertadora” de secuestrar el cadáver de la mujer más amada y más odiada –aunque no en las mismas proporciones– de la Argentina. Y así, por aquellas cosas de la “obediencia debida” y del propio odio de clase, cumplieron acabadamente con su misión ante la mirada atónita del doctor Pedro Ara, que veía cómo se llevaban junto con Evita a su obra más perfecta.”

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El golpe al sentimiento peronista solo tiene una relación cuando años más tarde cortaran las manos de Perón. Como luego hicieran desaparecer personas, el cadáver de Evita fue secuestrado y “desaparecido” para mortificación de sus “grasitas”. Había que golpear donde doliera, no alcanzaba con la destitución de Perón, había que borrar todo recuerdo que pudiera servir de comparación con lo que iban a hacer con la Argentina. Basta de derechos del niño y la ancianidad, basta de derechos del trabajador y la familia, basta de cualquier cosa que no fuera el dictado de consignas que habían sido superadas justamente con Perón y Evita.

Los que han tratado de reconstruir esos pasajes de una historia que se pretende ocultar indican que, en mayo de 1971, se reclamó ante el teniente general Alejandro Lanusse, sin estridencias, la devolución de los restos de la ex señora de Perón.

El viernes 3 de septiembre de 1971, el gobierno de facto de Lanusse cumplió con el permanente pedido del peronismo y otros sectores de la sociedad de que se devolvieran los restos de Evita. La ceremonia se realizó en la residencia de Juan Domingo Perón y se formalizó con un acta en la que firmaron los presentes.