Un día como hoy pero de 1967 – Primer cajero automático. Es en una sucursal de Barclays Bank en Enfield (Reino Unido).

En 1967 comenzó a funcionar en Enfield, un pueblo cercano a Londres, el primer cajero automático. Para accionarlo se utilizaba un cheque impregnado de una sustancia ligeramente radioactiva, el carbono 14, que era detectado por la máquina.

Hace cincuenta años, si una persona necesitaba dinero en efectivo tenía que ir al banco. Y para eso, debía ir a la sucursal más cercana en horario de oficina. Ni un minuto más tarde. De lo contrario se quedaba con los bolsillos vacíos.

Y eso es lo que le sucedió al británico John Sheperd-Barron, el inventor del cajero automático.

En una entrevista que el concedió a la BBC en 2007, Sheperd-Barron contó cómo se le ocurrió la idea.

Un día, este personaje que vivía en el campo viajó a Londres para cambiar un cheque en la filial de su banco en la capital británica, pero se encontró con que ya había cerrado.

Enfadado y frustrado, se marchó a su casa y aquella noche, mientras tomaba un baño, empezó a pensar en cómo podía tener acceso a su dinero a cualquier hora.

Pensó en las máquinas que vendían chocolates: al insertarles una moneda y jalar una palanca se abría un cajón y caían los chocolates.

Pero en vez de chocolates su invento daría dinero a cambio de un cheque.

Según el Banco Mundial, el país que más cajeros automáticos tiene es Brasil, con unos 160.000 seguido de Japón con casi 105.000.

Los ATM no sólo se han propagado por todo el planeta, sino que además han evolucionado mucho hasta convertirse en máquinas que no sólo dispensan dinero, sino que también realizan muchas otras operaciones bancarias, como depósitos, transferencias y pago de cuentas.