
DÍA INTERNACIONAL DE SOLIDARIDAD CON EL PUEBLO PALESTINO
Desde 1977, el 29 de noviembre de cada año, o alrededor de esta fecha, las Naciones Unidas conmemoran el Día Internacional de Solidaridad con el Pueblo Palestino.
La fecha fue elegida por su importancia para el pueblo palestino. Ese día, en 1947, la Asamblea General de las Naciones Unidas aprobó la resolución 181, posteriormente conocida como la «resolución de la partición», en la cual se estipulaba la creación de un «Estado judío» y un «Estado árabe» en Palestina, con Jerusalén como corpus separatum sometido a un régimen internacional especial. De los dos Estados previstos en dicha resolución, hasta el momento solo se ha creado uno: Israel.

Este Día brinda la oportunidad a la comunidad internacional de centrar su atención en el hecho de que la cuestión de Palestina aún no se ha resuelto.
En 1975 se estableció el Comité para el Ejercicio de los Derechos Inalienables del Pueblo Palestino, con el mandato de asesorar a la Asamblea sobre los programas destinados al ejercicio de los derechos inalienables del pueblo palestino, incluidos el de la libre determinación sin injerencia externa, el de la independencia y la soberanía nacionales, y el de regresar a sus hogares y propiedades, de los cuales fueron desalojados.
El mandato del Comité es también «ofrecer su cooperación y apoyo a las organizaciones palestinas y otras organizaciones de la sociedad civil».

DÍA INTERNACIONAL DE LAS DEFENSORAS DE DERECHOS HUMANOS
Las lideresas y defensoras de derechos humanos con su liderazgo aportan a la consolidación de la paz y dignidad de sus comunidades. En Colombia y en América Latina, a pesar de los esfuerzos normativos y de política pública desplegados por el Estado para enfrentar y superar las expresiones de violencia y de estigmatización en contra de las lideresas y defensoras de los derechos humanos, la situación continúa siendo extremamente preocupante.

Las violencias y amenazas a las que están expuestas las personas defensoras de derechos humanos resultan más severas para las lideresas y defensoras por el hecho de ser mujeres: la desigualdad y la discriminación se ahíncan contra ellas por los estereotipos de género imperantes que hacen que corran un doble riesgo al ejercer una labor de defensa de los derechos fundamentales.

Su quehacer es fundamental para la resolución pacífica de los conflictos, son ellas quienes defienden la vida, el agua, la naturaleza, el territorio y procuran la dignidad para sus comunidades individual y colectivamente, pasan a la acción lejos de los titulares mediáticos desde su trabajo territorial y en redes jugando un papel fundamental para la democracia y la vida.
No obstante y como lo señala el último informe sobre Mujer, Paz y Seguridad del Secretario General de las Naciones Unidas, Antonio Guterres, las denuncias de agresiones contra las defensoras de los derechos humanos están sumamente por debajo de los casos reales y se mantienen en el anonimato en las estadísticas oficiales de las Naciones Unidas.

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