Escribe: Dr. Mario Oscar Buono
CONDUCCION POLITICA (clic)

Demandas, que son siempre coyunturales y sobre cuestiones materiales, alimentos, servicios, viviendas, salud, etc. Por lo tanto, si el partido responde a la coyuntura se agota en ella y cuando avanza sobre los principios inmutables               que también preocupan al hombre actual se encuentra con el molde de lo coyuntural que lo justificó en aquel momento y empieza a resquebrajarse por dentro. Eso ocurre tanto con la UCR como con el PJ. Los dos grandes pilares de la Argentina y que en su agonía no permiten nacer nada nuevo, ni los libertarios, que se lo creen, son nuevos.

El kirchnerismo vetó el 82 % a los jubilados votado por ley del Congreso. La idea y la coyuntura no se unieron para felicidad del ´pueblo.

El mismo viejo general sostenía la idea de “movimiento” porque los partidos son, apenas, una herramienta electoral. Y eso lo entienden en la UCR, que se sacan los ojos por tener la lapicera del armado de listas en el 2025. Y lo entiende muy bien, CFK, que se despertó y dijo “tengo que ser presidenta del PJ”.

Tan es así, que los Milei (Karina “The Boss” y Javier “The Topo”) impulsan el partido LA LIBERTAD AVANZA, apoderándose del nombre de la alianza que lo impulsó a la presidencia en el 2023, para contener adeptos y cooptados que respondan, no a una ideología sino a las consignas coyunturales de sus popes.

No nos corresponde opinar sobre los errores de unos y otros en cuanto a la integración de los “partidos” que prefieren controlar. Pero, en cuanto a los requisitos legales a cubrir para ser partido habilitado y tener la potestad de presentar lista o hacer alianzas, tenemos la obligación de discernir hacia adonde apuntan, a riesgo de equivocarnos por el vértigo de los acontecimientos.

La UCR después de la interna entre Pablo Domenichini (Lousteau) y Miguel Fernández (Abad) dejó al descubierto apenas a unos miles de participantes y al partido escindido en dos, con amenaza de ruptura. Es que la coyuntura indica otra cosa y eso pasa por el gobierno de Milei… cargos y caja.

El viejo general que tomamos como referencia, también sostenía que una cosa era “conducir” y otra “ser caudillo” y el abogaba por los conductores porque los caudillos trabajan para si mismos y a lo sumo su círculo más cercano. Hay muchos caudillos y pocos conductores y eso se nota en la falta de ideas superadoras a la coyuntura que siempre es de crisis.

Esto queda patentizado en el hecho del operativo clamor  que el kirchnerismo más rancio intentó realizar para que Cristina sea la presidenta del PJ. No solo fue, apenas, un susurro sino que abrió la grieta entre su caudillismo y los otros caudillismos. Ya no sos lo que fuiste, le dicen los que todavía se atreven a hablar. Pero en la efervescencia se descuidan aspectos de convivencia que en un futuro inmediato se harán sentir, es que siempre el destrato se paga.

El dedo indiscutido y festejado de Cristina que no acertó con uno que sirviera, trajo al país hasta acá. A este presente de ajuste despiadado y en ciernes aún, con la explicita idea de eliminar las universidades, la salud pública, el trabajo en blanco, a los jubilados, por no responder a los requerimientos del mercado.

Entonces por qué insistir con las falacias de ese falso progresismo, hipotecario del futuro, que afloran en contraste de las otras falacias libertarias que orgullosamente, martillo en mano, espera poner el clavo en la tapa del ataúd peronista, porque lo de kirchnerista es un eufemismo.