
Un día como hoy pero de 1838 – Se funda en Buenos Aires la Asociación de Mayo, originada de la librería de Marcos Sastre.

En 1838, Echeverría fundó, junto a Juan Bautista Alberdi y otros, en el salón de la Librería Argentina la Asociación de Mayo. La misma fue inicialmente vista con simpatía por personajes centrales del gobierno de Juan Manuel de Rosas, aunque desde el principio resultaron sospechosos para la Sociedad Popular Restauradora.

A mediados de 1838 fundó la Asociación de Mayo, institución opositora al gobierno de Juan Manuel de Rosas. Junto a Juan Bautista Alberdi, redactará más tarde el Dogma Socialista.
Si los hombres de la Revolución se inspiraron en la Ilustración, los de la llamada Generación del 37, lo hicieron en un liberalismo nutrido por el espíritu romántico. Se trata de un “romanticismo social” con aspiraciones patrióticas, democráticas y progresistas.

Fue la literatura en sus distintos géneros el instrumento apropiado para la difusión doctrinaria, y el nacionalismo lingüístico en Argentina, el más precoz entre los demás países de Hispanoamérica.
BREVE HISTORIA DE LA LIBRERÍA
En 1833 Marcos Sastre abrió su librería en la calle Reconquista 54, donde no sólo vendía libros, actividad que le permitía un contacto asiduo con los estudiantes sino, además, elementos propios de las artes plásticas. No olvidar que también era pintor.

Entre tantas, creció la sospecha acerca de que los estudiantes le vendieran los libros a muy bajo precio, por lo cual decidió inventar una «cedulilla», especie de ex libris, que garantizara su origen. Con el tiempo, esta identificación terminó sumando prestigio a cada pieza.
En 1835 Sastre mudó la librería a Reconquista 72 y la llamó Librería Argentina, en la que organizó un gabinete de lectura con horario fijo de 7 a 14, y luego de 17 a 22.

Una nueva mudanza y ya en la calle Victoria 59, hoy Hipólito Yrigoyen, mediante una suscripción mensual los socios podían llevar libros en préstamo. Así, Sastre fundó la primera biblioteca circulante.
Sus principales suscriptores fueron los intelectuales de la disuelta Asociación de Estudios Históricos y Sociales, que funcionaba en la casa de Miguel Cané y los que se reunían en la de los hermanos Rodríguez Peña, llamada Sociedad de Estímulo y Estudio.

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