Estos personajes Mitre y Roca son elevados al altar de proceres por los jóvenes libertarios que no leen historia.
Martín Máximo Pablo de Álzaga Unzué fue el rey de Paris, el gran playboy argentino quien, se dice, tenía una curiosa práctica en los burdeles porteños que inspiró el dicho popular «Tirar manteca al techo.»

De este modo, la casi totalidad de los historiadores nos indican que para las elecciones de 1886, el “Zorro” Roca logró imponer la candidatura de su concuñado Miguel Juárez Celman, ex gobernador de Córdoba, quien, elecciones fraudulentas mediante asume la presidencia de la Nación.

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Y ponemos el acento en lo que dijo el novísimo presidente una ves en el sillón de Rivadavia, «No creo en el sufragio universal. Consultar al pueblo siempre es errar pues éste únicamente tiene opiniones turbias. El hecho del fraude, si es que existe, será obra de los partidos en lucha; pero no vemos qué intervención pueda haber tenido en el Poder Ejecutivo Nacional».

Una vez instalado lo que se conoce como «El Unicato», Juárez Celman y sus socios controlan todos los resortes del poder. Los negocios públicos y los privados se complementan. Ricos empresarios incursionan en la política; funcionarios y políticos lo hacen en los negocios.

REVOLUCION DEL PARQUE

Estos grupos, formados por financistas, gestores, intermediarios, especulan con cada venta, cada compra, cada préstamo, cada licitación, haciendo enormes negocios a costa de los fondos estatales, sin siquiera preocuparse en pagar impuestos, hoy se los denominaría “LA CASTA”.

Juárez Celman lleva adelante una política económica liberal fomentando la privatización de todos los servicios públicos.

La escandalosa situación permite a un periódico inglés definir la corrupción argentina: «Hoy día existen decenas de hombres del gobierno que son públicamente acusados de malas prácticas, que en cualquier país civilizado serían rápidamente penados con la cárcel y todavía ninguno de ellos ha sido llevado ante la justicia. Celman mismo está en libertad de gozar el confort de su estancia y nadie piensa castigarlo».

Pero la prensa Juarista parece vivir en otro mundo. No les molesta la ostensible corrupción de Juárez Celman y sus socios. En definitiva «el burrito cordobés» sólo había ido un poco más lejos que sus predecesores

Miguel Juárez Celman
Las elecciones presidenciales de Argentina de 1886 se llevaron a cabo para determinar el sucesor de Julio A. Roca. El concuñado de Roca, Miguel Juárez Celman fue electo con amplio margen. Juárez Celman dimitió en 1890 tras la Revolución del Parque, entrando en funciones hasta el final de su mandato su vicepresidente Carlos Pellegrini.

Cualquier plagio de libros de la modernidad que nos preocupa ya lo escribieron aquellos que por no pertenecer a la “chusma” les permitía decir como Juarez Celman «Lo que conviene a la Nación, según mi juicio, es entregar a la industria privada la construcción y explotación de las obras públicas que por su índole no sean inherentes a la soberanía, reservándose el Gobierno la construcción de aquellas que no pueden ser verificadas por el capital particular…”

https://youtu.be/8HGtOglLdmA (CLIC PARA VER EL VIDEO)