Hacia 1750, el padre de Belgrano pasó de Génova a Cádiz para ejercer el comercio y después de naturalizarse español, viajó a Buenos Aires donde prontamente, se convirtió en un prominente comerciante. Con una buena posición económica, le brindó a sus hijos varones una buena educación.

Estudió las primeras letras en su casa, con maestros particulares, como era habitual en esa época. Luego, ingresó al Real Convictorio Carolino donde se graduó en 1786. Viajó a España y se graduó en Leyes en la Universidad de Salamanca a los diecinueve años de edad.

Aún en España, complementó sus estudios con la lectura de las obras de Montesquieu y de los enciclopedistas (Diderot, D’Alembert, Rousseau, Voltaire, D’Holbach, Quesnay y Turgot). Se interesó mucho por las ideas de Gaspar de Jovellanos, que por entonces, había redactado un informe sobre la ley agraria, criticando las formas en las que se explotaba la tierra en Andalucía, ya que se producía poco; propuso formas alternativas de división de la tierra y el aumento de producción de la misma. También estudió idiomas y realizó prácticas profesionales en algunos bufetes de abogados.

En 1794, regresó a Buenos Aires, habiendo sido designado Secretario del Real Consulado.

Print

Luego de la Revolución de Mayo de 1810 y cuando le ordenaron a Belgrano partir hacia el norte para comandar el ejército patriota, el amor hizo que María Josefa lo siguiera por Salta, Tucumán y Jujuy sin temer a los peligros a los que se enfrentaba. Sin embargo, temía a la opinión de los miembros de la sociedad cuando conocieran que ella no respetaba las rigurosas normas éticas de la época ya que, sin estar casada con Manuel Belgrano estaba esperando un hijo de él.

Avanzado el embarazo, ella no podía continuar viajando con el ejército, decidieron entonces que el niño naciera en Santa Fe, en la estancia de unos amigos. El 30 de julio de 1813 nació un varón. Sin apellido, fue bautizado en la catedral de Santa Fe. El nacimiento se mantuvo en absoluto secreto.

En 1816, Belgrano participó activamente en el Congreso de Tucumán, el cual declaró la Independencia de la Patria y se decretó como insignia nacional la bandera por él creada.

Manuel Belgrano murió el 20 de junio de 1820, en la ciudad de Buenos Aires.

Esta reseña permite observar los extraordinarios servicios que prestó a su país tanto en las luchas por lograr su independencia como en los inicios de su organización institucional, inspirado en las ideas políticas más avanzadas de su tiempo.