En 1917, fue nombrado presidente del Consejo de Comisarios del Pueblo (Sovnarkom), convirtiéndose en el primer y máximo dirigente de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS) en 1922.

Políticamente marxista, sus contribuciones al pensamiento marxista reciben el nombre de leninismo, o más conocido como marxismo-leninismo, ideología socialista que se expandiría por la mayor parte del «bloque comunista» y en el «segundo mundo» durante la Guerra Fría.

El leninismo fue la versión dominante del pensamiento marxista en la Unión Soviética, a raíz de la imposición por el partido bolchevique de un gobierno unipartidista que suprimió la oposición política, incluidas las demás facciones del marxismo: el anarquismo y los mencheviques (sector moderado del Partido Obrero Socialdemócrata de Rusia).

Lenin sostenía que, para derrocar al capitalismo, era necesario llevar a cabo la revolución bajo el liderazgo de un partido revolucionario compuesto por trabajadores conscientes. A diferencia del marxismo tradicional, enfatizó la importancia de una élite intelectual de vanguardia para guiar a la clase obrera y la necesidad de una organización altamente centralizada para llevar a cabo la revolución.