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Además, el comedor MI BENDICIÓN que hace años mantienen se colapsa ante los requerimientos de mayores cantidades de personas que necesitan de la asistencia de alimentos, remedios y contención.

Maria cuenta que debe hacer milagros para mantener el flujo de alimentos para preparar la comida que cientos de personas solicitan ante las necesidades crecientes. “Por suerte hay gente solidaria que siempre aporta algo”.

Hubo expresiones de alegría cuando Martín Pellegrino dona un bolsón repleto de juguetes para todas las edades, pelotas de futbol y juegos de mesa. “Vamos a poder organizar una fiesta para los chicos del barrio, tendrán sus reyes magos” dice Maria.