El 8 de mayo se celebra el Día Mundial de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja en conmemoración del nacimiento de Henry Dunant, el fundador de la Cruz Roja.

El objetivo de este día es reconocer la encomiable labor de voluntarios y empleados que todos los días salvan vidas, ayudan a los más desfavorecidos y cambian mentalidades.

Print

Se trata de la red humanitaria más grande del mundo. Cuenta con empleados y voluntarios que desde las comunidades ayudan a las personas más necesitadas y vulnerables del mundo, aquellas que viven en países con pocos recursos sanitarios y económicos, las que han sufrido de primera mano alguna catástrofe climática o como consecuencia de guerras, refugiados y desplazados. También actúan en las ciudades, en los barrios más marginales.

Su emblema de la cruz roja sobre fondo blanco es reconocido en todo el mundo como símbolo de ayuda humanitaria y suele ser respetado en todas las circunstancias, para que puedan desarrollar su labor en países en conflicto.

Henry Dunant era un banquero suizo que, mientras se dedicaba a sus negocios en Argelia, viajó al Norte de Italia en el mismo momento en que allí se enfrentaban los ejércitos austriaco, francés y piamontés.

Al anochecer, visitó el campo de batalla de Solferino, el 24 de junio de 1859. Allí yacían 40.000 hombres prácticamente abandonados a su suerte.

Dunant vi morir a muchos hombres sin asistencia de ningún tipo, y, ayudado por gente de las poblaciones cercanas, se dedicó a socorrerlos y atenderlos, sin importar de qué bando eran, usando el lema Tutti fratelli (Todos hermanos) acuñado por las mujeres de la cercana ciudad de Castiglione dello Stiviere.

Print

Quedó tan impresionado por esta experiencia que tres años después publicó sus reflexiones para ayudar en situaciones parecidas, en un libro titulado Un recuerdo de Solferino. Un libro que fue el germen de la Cruz Roja.

Allí donde hay una necesidad de cubrir necesidades humanitarias, puedes encontrar a esta organización. Algunos de los eventos más importantes en los que actúan los nombramos a continuación:

Desastres naturales: búsqueda y rescate de personas, atención pre-hospitalaria, abastecimiento de agua y alojamiento de personas necesitadas.

Preparación para desastres: recolección de ropa, juguetes, medicamentos y alimentos, primeros auxilios y donaciones voluntarias.

Mejora de los servicios de salud: donación de sangre, servicio de ambulancias, servicios médicos y psicológicos.

Inclusión social y empleo en comunidades desfavorecidas.

Ante la pandemia de COVID-19 la Cruz Roja puso en marcha una campaña llamada «Plan Responde frente al COVID-19″que básicamente se centra en acciones de sensibilización e información de la población.

Además, Cruz Roja sigue manteniendo sus actuaciones ayudando a personas y colectivos, siempre salvaguardando la salud y seguridad de los voluntarios que están prestando su colaboración.

Como cada 8 de mayo, la Iglesia Católica celebra el Día de la Virgen de Luján, festividad que todos los años genera una gran convocatoria y peregrinación hacia la Basílica situada en la ciudad homónima, a unos 70 km al oeste de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

La Virgen de Luján o Nuestra Señora de Luján, es una de las advocaciones con la que se venera la figura de la Virgen María en el catolicismo. Se la considera patrona de Argentina.

La imagen original es pequeña y sencilla, de unos 38 cm de altura,​ realizada en arcilla cocida y representativa de la Inmaculada Concepción. Los hechos que se sucedieron en torno a ella y que determinaron su permanencia en las cercanías del río Luján en el siglo xvii fueron interpretados como providenciales por los fieles católicos. Desde las primeras marchas obreras hacia la basílica de Nuestra Señora de Luján a fines del siglo xix, hasta las multitudinarias peregrinaciones anuales en el presente, que han superado largamente el millón de personas, Nuestra Señora de Luján se ha convertido en una imagen emblemática, que convoca las mayores manifestaciones de fe de la Argentina. Hoy se la considera uno de los símbolos de la cultura de ese país.

El primer santuario dedicado a Nuestra Señora de Luján se inauguró el 8 de diciembre de 1763 y en él hicieron profesión de fe y se encomendaron buena parte de los próceres argentinos durante la época de la emancipación: Manuel Belgrano, José de San Martín, Cornelio Saavedra, Domingo French, Nicolás de la Quintana, José Rondeau, Juan Martín de Pueyrredón, Ramón Balcarce, Martín Rodríguez, Estanislao Soler, Manuel Dorrego, Juan Manuel de Rosas y otros líderes y caudillos de la independencia le tributaron el homenaje de su reconocimiento