El ascenso de Adolf Hitler al poder comenzó en septiembre de 1919 en Alemaniaa​ cuando se unió al partido político conocido como Deutsche Arbeiterpartei, DAP, el Partido Obrero Alemán. En 1920 cambió su nombre a Nationalsozialistische Deutsche Arbeiterpartei (NSDAP), Partido Nacionalsocialista Obrero Alemán, comúnmente denominado Partido Nazi.

En 1922 y principios de 1923, Hitler fundó dos organizaciones que crecerían hasta tener una enorme importancia. La primera era la Jungsturm y Jugendbund, que más tarde se convertiría en las Juventudes Hitlerianas. La otra fue la Stabswache, el germen de lo que después sería la Schutzstaffel (SS).

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El crack del 29 anunció un desastre económico mundial.​ A pesar de que tanto los nazis como los comunistas estaban decididos a acabar con la democracia, los partidos moderados tuvieron que considerar negociar con ellos, ya que entre ambos tenían más de un 50% de los escaños. «Los comunistas», escribía Bullock, «anunciaron abiertamente que preferirían ver a Hitler en el poder antes de mover un solo dedo para salvar la república»

El presidente Hindenburg nombró canciller a Hitler el 30 de enero de 1933, después de formarse una coalición entre los nazis y los conservadores nacionalistas.

Un año después Adolfo Hitler y su staff imponen la Ley sobre la Reconstrucción del Reich , del 30 de enero de 1934 que fue un cambio constitucional radical en la estructura del Estado alemán por parte del gobierno de la Alemania nazi. Fue una de las leyes clave que sirvió de base para la política de Gleichschaltung, o coordinación, mediante la cual Adolf Hitler y el Partido Nazi establecieron con éxito su control totalitario sobre todos los aspectos del gobierno y la sociedad alemanes. La ley abolió los parlamentos regionales (Landtage) de los 16 estados alemanes que entonces existían, transfirió la soberanía de los estados al gobierno central y esencialmente convirtió a Alemania de una república federal a un Estado unitario.